El caño

El caño ha sido centro de reuniones de hombres y mujeres que acudían a llenar sus cántaros diariamente para su consumo y dar de beber a sus animales de labor. El agua provenía de un manantial, apodado “El Manaero”, situado a unos quinientos metros, en la ladera norte del monte llamado “El Caloco”, donde se recogía en un pilón, el cual vertía las aguas a unas canalizaciones, salvando un gran desnivel, en el denominado barrio de “Zancao”, por medio de un acueducto construido a finales del siglo XV, principios del XVI, de treinta y siete metros de longitud, -único por la zona-, llegando hasta el presente caño. Desde éste, continuaba hasta otro caño, que se encontraba situado junto al Palacio de la familia de Los Segovia y la Iglesia de Santo Tomas de Canterbury. Estos caños, se estuvieron utilizando hasta pasada la mitad del anterior siglo XX.