Como en otros templos segovianos se ve claramente que en origen fue un edificio románico, pues de esa época conserva su sencilla portada de tres arquivoltas, algunos canecillos en la fachada, y varios buenos capiteles en el interior del templo; junto con unos frescos de la época, en los que se representa La Sagrada Cena. Entre las obras de arte que custodia esta parroquia sobresale su cruz procesional, realizada en el tercer cuarto del siglo XVIII por el platero cuellarano Juan Antonio Sanz Delgado.