Ruta 10: Un pinar que no tiene horizonte

2.00 Días Cuéllar

A la hora de pensar en un pueblo con castillo, Coca y Cuéllar siempre aparecen en los primeros lugares. Hubo un tiempo en que casi todo lo importante de la historia de Castilla y España pasó en tierras segovianas, y Cuéllar es uno de los lugares para darse cuenta de ello. Lo primero que destaca es el castillo, entre gótico y renacentista y con un indudable aire palaciego. Fue mandado construir por Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque y valido del rey Enrique IV de Castilla. Hubo un bulo en esa época, lo que ahora llamamos fake news, que afirmaba que era el padre verdadero de la infanta Juana, a la que todos conocemos como la Beltraneja.  Aquí se inicia una ruta que lleva a Campo de Cuéllar, Narros de Cuéllar y Samboal en busca de estos exquisitos templos del llamado románico de ladrillo. Siempre resultan admirables los logros conseguidos con este material tan modesto, que alcanzan su esplendor en los ábsides, en estas iglesias tan poco conocidas. La ruta llega a Coca, llena de historia, monumentos y vida. Aquí nació el emperador romano Teodosio el Grande y recuerdo de esa época es Los Cinco Caños, una casa romana que conserva unas pinturas murales que recuerdan a las de Pompeya. El gran monumento de Coca es el espléndido castillo de estilo gótico-mudéjar, uno de los mejores de su clase en toda España, protegido por un meandro del río Voltoya y por un profundo foso. Es imposible perderse la Torre de San Nicolás, del siglo XII, porque destaca especialmente por su altura y se la ve desde muy lejos, como un faro que indica el camino. La ruta sigue atravesando llanuras cubiertas de pinares. Pasa por Nava de la Asunción y luego se desvía por carreteras secundarias para ir en busca de tesoros muy poco conocidos. Domingo García es una joya del arte prehistórico hispano. Coronando unos cerros hay una estación de arte rupestre que guarda uno de los mayores conjuntos de petroglifos de la península, con centenares de grabados de todo tipo: figuras humanas, caballos, ciervos… que pueden tener hasta 12.000 años de antigüedad. En Migueláñez se puede visitar, previa cita, la antigua fábrica de chocolate. El río Eresma ofrece, en esta zona, abundante vegetación de ribera que incita a pasear, igual que los encinares que aparecen en las zonas elevadas de las lomas. La ruta continúa hasta Carbonero el Mayor, con su iglesia gótica que cobija un retablo con 21 tablas, tal vez el mejor de la provincia. Pequeños grandes tesoros que se descubren al conducir lentamente por las carreteras secundarias.

LA RUTA: historia como Cuéllar o Coca hay que disfrutar de los escenarios de Domingo García o Migueláñez. Pueblos como Nava de la Asunción o Carbonero el Mayor nos ofrecen una interesante gastronomía con los embutidos y chacinas como productos estrella.

+INFO: En el Cerro del Castillo, cerca de Bernardos, existió en la Edad del Hierro un poblado fortificado que conserva parte de su muralla.

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