25 de octubre. Después de pasear al santo y bailar las jotas tradicionales al ritmo de las dulzainas, los vecinos se reúnen para disfrutar del almuerzo.
Está situada dominando uno de los meandros del río Duratón. La ermita se construyó sobre una pequeña iglesia erigida por el abad Fortún, después de la donación de Alfonso VI de este priorato al monasterio de Santo Domingo de Silos en 1076, bajo la dirección del maestro Michel. Fue consagrada por el arzobispo de Toledo, Don Bernardo, en el año 1100. A su lado se construyeron dependencias para un reducido grupo de monjes. Para acceder a la ermita hay que atravesar un puente de piedra (1757) salvando una gran grieta en la roca, llamada “cuchillada de San Frutos”, pues según la leyenda fue el Santo el que la hizo con su báculo para salvar a un grupo de cristianos perseguido por los moros.